Por su investigación sobre “Construcción de comunidad indígena en espacios translocales. Migrantes de Teotitlán del Valle, Oaxaca en la frontera norte, caso Tijuana (2008-2020)”, Néstor González Mendoza, doctor en Geografía, recibió el premio a mejor tesis de doctorado por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
En su décimo tercera edición, el concurso convocado por el CISAN que reconoce a las investigaciones sobre Estados Unidos, Canadá y la región de América del Norte, otorgó premios en tres categorías: licenciatura, maestría y doctorado, así como algunas menciones honoríficas.
En entrevista, Néstor González, que orgullosamente se identifica como indígena zapoteco –quien realizó su tesis bajo la dirección de Guillermo Castillo Ramírez, investigador del Instituto de Geografía (IGg)–, señala que su trabajo en gran parte estuvo motivado por su experiencia familiar con el fenómeno migratorio.
Desde
la etnografía, estudió las trayectorias de familias migrantes zapotecas de
Teotitlán del Valle, una comunidad ubicada a 30 kilómetros de la capital
oaxaqueña, cuya migración interna se ha centrado en la ciudad fronteriza de
Tijuana, en Baja California; mientras que en Estados Unidos se localizan
principalmente en el estado de California.
Un
trabajo donde se da voz a los relatos –de las y los protagonistas que muchas
veces están invisibilizados– desde la experiencia de las mujeres de dos familias
(árboles migrantes). El universitario, explica que, junto con su asesor
desarrolló una propuesta de árboles translocales, integrados por familias con
migración interna en México y que tuvieran descendientes en Estados Unidos, así
“empecé a buscar a colaboradores para que me contarán su vivencia con la
migración”.
La translocalidad
Entre
las aportaciones de la tesis, el galardonado hace énfasis en el concepto de
translocalidad, y en su tesis lo deja de manifiesto al expresar que se trata de
“una propuesta alternativa a la transnacionalidad, ya que el fenómeno
migratorio no está definido únicamente por el cruce de fronteras estatales.
Esto es evidente en el caso de la migración indígena”.
González
Mendoza precisa que, lo translocal busca romper con el paradigma de
jerarquización (local, regional, estatal e internacional) y, por el contrario,
se enfoca en “fenómenos que están multisituados o que toman lugar en diferentes
espacios, pero sin importar la jerarquización del territorio y el espacio”.
A
partir de este concepto optó por dar otro enfoque al estudio de los procesos
migratorios indígenas, y analizar la construcción de comunidad en el espacio
translocal de migrantes de Teotitlán del Valle, en específico a los asentados
en la ciudad de Tijuana, así como su conexión con otras comunidades de destino
en Estados Unidos.
Para
los migrantes indígenas el sólo hecho de salir de sus comunidades de origen ya
representa el cruce de una frontera, al dejar atrás sus formas de vida y tradiciones.
En este sentido, fue importante retratar la experiencia de las mujeres en estos
ámbitos translocales, tanto de las que se quedaban en la comunidad de origen,
pero también de quienes migraban hacia Tijuana.
En
la mayoría de los casos, las entrevistadas afirmaron que antes de salir de su
comunidad vieron migrar a otras personas dentro de su círculo cercano. Otro
dato relevante es que, en estos árboles la decisión de migrar fue impuesta por
figuras masculinas: el padre, el esposo o el hermano mayor.
La
relación entre género y espacio fue clave en la investigación doctoral, ya que
las mujeres tienen un papel importante en las comunidades translocales para la
reproducción de los elementos culturales del lugar de origen, ya que “la
generación de arraigo de las comunidades migrantes se reproduce en los hogares
a través de las labores de cuidado, la comida y la perpetuación del
zapoteco”.
El
estudio se enfocó en cuatro grupos etarios de mujeres: 60 a 70 años; 40 a 60
años; 30 años; y de 20 a 25 años de edad. El trabajo de campo consistió en
varias visitas a Teotitlán del Valle –de donde también es originaria la familia
de Néstor González–, así como la realización de entrevistas en Tijuana.
Además de una salida secundaria a Los Ángeles California, Estados Unidos, que fue posible gracias a la beca Atlántida Coll otorgada por el Instituto de Geografía, para apoyar las actividades de trabajo de campo enfocadas en temas geográficos. Se comprobó que “al menos para la migración indígena no era fundamental el cruce de la frontera, y estas familias mantenían su arraigo a través de qué tanto la mujer a cargo de las labores de cuidado estaba comprometida a seguir reproduciendo estos roles dentro de las familias”. Y la creación de lazos de comunidad lejos del lugar de origen.
Avenida Revolución, Tijuana (2021)
Foto: cortesía Néstor González
Trayectorias migratorias
La investigación doctoral se centró en seguir y conocer las dinámicas de migración que han realizado las y los migrantes zapotecas de Teotitlán del Valle, tanto en su migración hacia la ciudad fronteriza de Tijuana –que por muchos años ha sido un lugar de destino– donde se encuentra asentada una población importante; así como en Los Ángeles California, en Estados Unidos.
Dentro de estas trayectorias migratorias algunos se quedaban a trabajar en Tijuana, otros cruzaban a territorio estadounidense, pero en algún momento regresaban a esta ciudad mexicana para establecerse. En el caso de los zapotecos incursionaron en la apertura de tiendas para la venta de artesanías tradicionales de esta región de Oaxaca, elaboradas con lana y tintes naturales (tapetes, bolsas y demás artículos).
Estos negocios generaron una dinámica entre los migrantes, que con el crecimiento de sus emprendimientos traían a otros miembros de sus familias. “En un periodo de 40 años se empieza a armar esta comunidad en Tijuana”. A diferencia de otros grupos indígenas de Oaxaca, como los mixtecos que se emplean en labores agrícolas; los zapotecos tiene como actividades principales los servicios –ya que al estar más cerca de la capital oaxaqueña están inmersos en el movimiento turístico–, pero también hay otro grupo dedicado a trabajar en el campo.
Entre sus conclusiones, el geógrafo destaca que en la comunidad de destino hay un movimiento genuino de preservación de la cultura “para protegerse del ambiente hostil en la frontera y (…) seguir generando identidad”. Mientras que en la comunidad de origen existe preocupación entre los adultos mayores de que “se pierda la esencia de lo que es ser zapoteco en Teotitlán del Valle”. Sumado a otros fenómenos que afectan a las comunidades de esta región, entre ellos los procesos de turistificación y gentrificación.
Después de haber cursado el doctorado en Geografía, Néstor González está convencido de que a nivel descriptivo existe una riqueza mucho más profunda desde los paradigmas de la disciplina geográfica, para analizar de forma más integral fenómenos tan complejos como la migración. Y poner en el centro a los protagonistas de estas historias, así como su relación con el espacio y el territorio.
El universitario dedica este premio a “todas esas personas que no sólo colaboraron en la tesis, sino que forman parte de esta comunidad (…) y están ahí en una resistencia casi invisible”.
Tijuana, Baja California
Foto: cortesía Néstor González
Para consultar la tesis: https://tesiunamdocumentos.dgb.unam.mx/ptd2024/jul_sep/0858066/Index.html