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  • Sector pesquero: dependiente de mercados internacionales y desprotegido ante eventos adversos

Sin duda el 2020 fue de los años más difíciles que ha vivido el sector pesquero en el presente siglo, afirmó José Manuel Crespo, académico del Instituto de Geografía, quien analizó la organización territorial de la pesca comercial en áreas naturales protegidas de la península yucateca.

El cierre de mercados compradores de los productos pesqueros nacionales e internacionales, sumado a la drástica reducción de la actividad turística, la ocurrencia de acontecimientos meteorológicos desfavorables, la caída de precios, además de la inexistencia de programas extraordinarios de apoyo para amortiguar las consecuencias socioeconómicas derivadas de la pandemia por COVID-19, son algunas de las dificultades que enfrentan cerca de seis mil pescadores en la península de Yucatán, refirió el universitario.


Dependencia de mercados internacionales

Previo a la actual contingencia sanitaria, las costas yucatecas se distinguían por la captura de tres especies comerciales con una eminente vocación exportadora: la langosta, el mero y el pulpo (patón y maya). Así, el cierre de los mercados europeos y estadounidenses, además de la cancelación de vuelos, fueron algunas de las primeras acciones que afectarían a la actividad pesquera.

Con la paralización de los mercados internacionales, las bodegas y congeladoras cerraron, imposibilitadas para recibir mercancías. Lo anterior aumentó el desempleo, concretamente el femenino, al ser el que comúnmente labora en la transformación de los productos hidrobiológicos, afirmó el experto.


Relevancia nacional

Por otro lado, el cierre de las zonas costeras turísticas mexicanas infringió otro duro golpe al sector; pues la langosta, el mero y el pulpo -especies de medio y alto valor económico- son consumidas en los polos turísticos más importantes de México como la Rivera Maya y Los Cabos, comentó José Manuel Crespo.

El investigador sostuvo que la relevancia nacional de la actividad pesquera en la península de Yucatán se refleja en que, por ejemplo, en 2019 esta región aportó siete mil toneladas de mero, de las ocho mil toneladas de la producción nacional total.


Estrategias de recuperación

Aunque la pesca es considerada una actividad esencial, con el incremento de contagios a finales del pasado e inicios del presente año, la actividad pesquera de Yucatán extendió la duración de medidas excepcionales. De manera que las mascarillas y el gel antibacterial comenzaron a formar parte de las rutinas cotidianas.

Gran parte de la captura actual se utiliza para atender las necesidades de alimentación local, en espera de que, más allá de la cobertura de los programas gubernamentales de apoyo que ya existían, se implementen otros. A la par, se han generado nuevas estrategias de comercialización, tales como el uso de redes sociales digitales para contactar a compradores con vendedores, concluyó el académico.



2021-02-04