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Con un acervo de más de 28 mil mapas y publicaciones recabadas a través de décadas, la biblioteca Antonio García Cubas y la mapoteca Alejandro de Humboldt del Instituto de Geografía (IGg) constituyen un baluarte y la posicionan como uno de los archivos geográficos más importantes en Latinoamérica. 

Inaugurada el 7 de octubre de 1939, la biblioteca Antonio García Cubas nombrada así en honor a un personaje emblemático de la geografía nacional, en sus inicios contaba con un acervo de mil cincuenta materiales, entre libros y revistas especializadas que se recibieron por medio de donaciones. 

Para 1954, la biblioteca cambio de sede a un edificio contiguo a la Torre II de Humanidades, donde tenía su sede el IGg. En este año se fundó e incorporó la mapoteca Alejandro de Humboldt, que inició con las donaciones de investigadores que proporcionaron materiales cartográficos de altimetría, climas, isoteyas e isotermas de la República Mexicana. Después la colección de mapas creció en la administración de la doctora Consuelo Soto Mora como directora del IGg (1964-1971), cuando diversas instituciones gubernamentales donaron materiales que enriquecieron el acervo cartográfico.  

A estas contribuciones se sumaron las donaciones de la Comisión de Estudios del Territorio Nacional (CETENAL), antecesor del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que a finales de los años sesenta solicitó el apoyo del IGg y de la maestra Enriqueta García, especialista en topografía e hidrografía, quien se encargo de la elaboración de las cartas de climas de todo el país. Y como resultado de este arduo trabajo se elaboraron 45 cartas que resguarda la mapoteca Alejandro de Humboldt. 

En estas décadas han dirigido el Instituto diferentes investigadores que con sus aportes han encaminado al IGg como un referente en la investigación geográfica del país. Bajo la dirección de la doctora María Teresa Gutiérrez Vázquez de MacGregor (1971-1977), el Instituto cambió su sede a la zona de la Investigación Científica de Ciudad Universitaria, en donde permanece desde 1975. 

Adicional al material bibliográfico y cartográfico, el acervo también contaba con fotografías aéreas y terrestres que en 1955 fueron donadas por el Banco de México, a las cuales se sumaron seis mil 685 fotografías aéreas donadas por el CETENAL en 1977. Para 1986 la biblioteca ya contaba con siete mil volúmenes de libros, mientras que la mapoteca incrementó sus recursos gracias a las donaciones, compras e intercambio con otras instituciones académicas y gubernamentales. 

Implementación de catálogos 

Con el pasar de los años dentro de la UNAM se vio la necesidad de contar con bases de datos y en 1991 se desarrollaron LIBRIUNAM, SERIUNAM y TESIUNAM; sin embargo, hasta ese momento no existía un catálogo destinado a los materiales cartográficos. 

Fue durante el periodo como director del doctor Román Álvarez Béjar (1989-1997) que el acervo de la mapoteca tuvo un crecimiento sobresaliente derivado del trabajo académico y la participación de los institutos de Geografía, Geología y la Dirección General de Bibliotecas (DGB), que dio como resultado la creación del proyecto MAPAUNAM en 1992. Con este convenio a los institutos les correspondía la catalogación de sus materiales, mientras que a la DGB el diseño de la base de datos. Después se incorporaron otras mapotecas de la UNAM y foráneas, y cambió su nombre por MAPAMEX. 

En 1992 se enriqueció el acervo de la mapoteca con la publicación del Atlas Nacional de México editado por el IGg, que incluyó un aproximado de 600 mapas en diferentes escalas. Con el aumento del acervo la biblioteca-mapoteca requería de algunas mejoras en su infraestructura, y con el apoyo económico del Club Universidad Nacional se iniciaron los trabajos de remodelación que concluyeron en 2002. 

En los años siguientes la Dirección General de Bibliotecas realizó algunos cambios para facilitar el almacenamiento, la organización y la sistematización de la información en las entidades académicas, que derivó en el proyecto de registro remoto de acervos de libros y se incluyó el correspondiente a mapas; así como la automatización del servicio de préstamos de tesis.

El trabajo bibliotecario

En la biblioteca-mapoteca ha sido fundamental el trabajo del personal que en sus inicios estaba conformado por María Cristina Padilla González, a cargo de los servicios bibliotecarios; y Rosa Sibata, quien atendía la mapoteca.

En 1981 asumió la coordinación de esta área la maestra Concepción Basilio, con estudios en biblioteconomía e historia. Durante 34 años la maestra Basilio contribuyó para que el Instituto incrementará su acervo y fuera acorde con las líneas de investigación; fomentó mejoras en los servicios bibliotecarios tanto para los investigadores del IGg como para los asistentes a este espacio de consulta; promovió la colección de atlas temáticos; así como la suscripción a revistas científicas. 

A finales de 1994 aumentó el personal de la biblioteca-mapoteca con la incorporación de José Cabrera Reyes, José Arturo Hernández Rodríguez, Juan Vargas González y Aracely Zaldívar Abad. Después se sumaron al equipo David Velázquez Mancilla, Antonia Santos Rosas, Luis Raúl Iturbe Fuentes, Antonio Cruz Guzmán, Silvia Pérez Soto, María Rosa Ruiz Otero, Gabriela Anabell Soto Delgado y Emma Colín Núñez. 

En la dirección del doctor José Omar Moncada Maya (2012-2016), la maestra Antonia Santos estuvo al frente de la coordinación de la biblioteca-mapoteca. Y en la administración actual a cargo del doctor Manuel Suárez Lastra es dirigida por el maestro Luis Raúl Iturbe.

A la fecha la colección de la biblioteca-mapoteca comprende un total de 47 mil 474 libros; mil 205 revistas; en cuanto al material catográfico resguarda ocho mil 762 títulos y 16 mil 584 ejemplares (que incluye mapas nacionales e internacionales); dos mil 521 títulos de tesis y dos mil 707 volúmenes; además de 60 mil 557 fotografías aéreas. 

Desde 2001 el personal de la biblioteca organiza la feria del libro y hasta el momento suman seis ediciones. Hoy en día, la biblioteca-mapoteca no sólo es un espacio que archiva libros, mapas y otros documentos; también es un espacio en donde tienen lugar conferencias, exposiciones y visitas guiadas que permiten mostrar un poco de la memoria geográfica que ha atesorado a través del tiempo.         


Para conocer más sobre la historia de nuestra biblioteca-mapoteca, los invitamos a leer el siguiente artículo: 




Jessica Guzmán Hernández

2019-12-09